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Para el análisis: ¿Decadencia del imperio americano o latinoamericanización futbolera?

Hace algunos días la periodista estadounidense Ann Coulter planteó en una de sus columnas que el auge del fútbol en los Estados Unidos es un síntoma de la “decadencia moral de la nación”. Polémicas, xenofobia y racismo ante la novedad de un “soccer” de masas.

En su columna publicada el pasado 26 de junio, en la mañana del día en que la selección de fútbol de Estados Unidos debía enfrentar a Alemania para garantizarse el pase a octavos de final, Ann Coulter, una periodista y autora de bestsellers reconocida por su conservadurismo y sus polémicas declaraciones racistas y anti-inmigrantes, señalaba: “Cualquier creciente interés en el fútbol sólo puede ser un signo de la decadencia moral de la nación”.

Bajo el título “El pasatiempo nacional americano: odiar al soccer” (recordemos que para muchos estadounidenses América es solamente EEUU y no el continente entero), Coulter enumera 9 razones por las que ni siquiera considera que el fútbol sea un deporte “real”. Los citaremos a continuación resumidos y libremente traducidos:

1) Los logros individuales no cumplen un gran rol en el fútbol. La culpa se dispersa y casi nadie marca tantos. No hay héroes, no hay perdedores, no hay contabilidad y no hay frágiles autoestimas infantiles heridas.

2) Las madres liberales (en USA utilizan la palabra “liberal” en un sentido parecido al que aquí podría darse a “progre”) gustan del fútbol porque es un deporte en el que el talento atlético juega un rol tan insignificante que las nenas pueden jugarlo con los nenes. Ningún deporte serio permite esto, ni siquiera a nivel de jardín de infantes.

3) Ningún otro “deporte” termina con tantos marcadores en 0. Si Michael Jackson hubiera tratado su insomnio con un partido Argentina-Brasil en vez de con Propofol aún seguiría vivo, aunque aburrido.

4) Las perspectivas de humillación personal o de lesiones mayores son constitutivas de un deporte. La mayoría de los deportes son guerras sublimadas. En hockey hay tres o cuatro peleas por partido, después de un encuentro de fútbol americano las ambulancias retiran a los heridos. Después de un partido de fútbol le dan a los jugadores una cinta y una cajita de jugo.

5) No se pueden usar las manos en el fútbol. Lo que diferencia a los humanos de las bestias, aparte del alma, es un juego de pulgares oponibles.

6) Hay una campaña para tratar de imponer el fútbol en USA. Y la impulsan los mismos que quieren que amemos la serie Girls de HBO, a Beyonce y a Hilary Clinton.

7) Es un deporte extranjero. Precisamente esa es la razón por la que el New York Times constantemente lo promueve. Pero a los afroamericanos no les importa.

8) El fútbol es como el sistema métrico decimal, que los liberales adoran por ser europeo. El sistema métrico fue creado durante la revolución francesa, en un breve intervalo en el que no estaban cometiendo asesinatos de masas con la guillotina. Los liberales dicen que es un sistema más racional, pero a pesar del lavado de cerebro al estilo chino de las escuelas públicas cualquier americano sigue pensando en grados Farenheit y en millas.

9) No es cierto que el fútbol se esté imponiendo ni ganando popularidad. El partido USA-Portugal que consiguió 18.2 millones de televidentes en ESPN sólo superó a segundo evento futbolístico más visto: la final femenina de la Copa del Mundo de 1999 en el que EEUU se enfrentaba a China. El fútbol femenino es tan apasionante como el masculino. Además un playoff de la NFL tiene promedios de 30 o 40 millones y un Superbowl supera los 100 millones de rating.

Finalmente, por suerte, Ann concluye: “Si más “americanos” están viendo fútbol actualmente, se debe solo al cambio demográfico efectuado en 1965 a raíz de la ley de inmigración de Teddy Kennedy. Se los prometo: Ningún americano cuyo bisabuelo haya nacido aquí está mirando los partidos de fútbol. Sólo se puede esperar que, además de aprender inglés, estos nuevos estadounidenses abandonen su fetiche por el fútbol con el pasar del tiempo”.

Pues bien, este compilado de ignorancia, lugares comunes y racismo más o menos encubierto, que puede resultarnos más gracioso que polémico y que podría haber sido firmado por Homero Simpson, en realidad es una columna “seria” y su autora una periodista reconocida, que publica en diversos periódicos y difunde su discurso conservador y racista también desde una columna en Fox News (nada es casualidad).

Además es autora de varios libros, dos de los cuales han estado en las listas de más vendidos, con títulos como Traición: la traición liberal desde la Guerra Fría hasta la guerra contra el terrorismo, Cómo hablarle a un liberal (si no te queda otro remedio), Sin Dios: La religión del liberalismo o Culpable: las “víctimas” liberales y su asalto contra América. El paraíso democrático no sólo es un buen lugar para los negocios de los fondos buitres sino también para que otros buitres al estilo Majul, Lanata y un larguísimo etcétera recauden vendiendo sus “investigaciones” periodísticas.

Este nefasto personaje viene obsesionado hace tiempo con el tema de la inmigración. En decenas de sus columnas descalifica a la inmigración latina, particularmente a la mexicana, a la que describe como parte de una “subclase” holgazana, mísera y marginal.

Coherentemente, también Coulter simpatiza con la más rancia y guerrerista derecha estadounidense y es capaz de firmar frases como “Los liberales se indignan cuando se cuestiona su patriotismo pero a la vez trabajan tiempo extra para darle apoyo a los terroristas para el próximo ataque y se ríen de los tontos americanos que aman a su país y odian al enemigo” o “Deberíamos invadir sus países, matar a sus líderes y convertirlos al cristianismo. No fuimos tan puntillosos con el castigo a Hitler y a sus principales funcionarios. Hemos bombardeado ciudades alemanas, matamos a civiles. Eso era una guerra. Y esto es una guerra”.

Sin embargo, más allá de la siempre agradable indignación de esta gente, lo cierto es que el presente Mundial sí está siendo un fenómeno masivo en los Estados Unidos. Hasta Barack Obama ha estado twitteando su apoyo a la selección de EEUU en las distintas instancias de la primera rueda.

En realidad el compilado de ignorancia, machismo, racismo y xenofobia de la buena de Ann Coulter no merece mucho más respuesta que el clásico maradoniano: LTA. Lo tenés adentro. Al fútbol. Desde la indiferencia expresada por la población en 1994, cuando Estados Unidos fue anfitrión de la fiesta mundialista, o de la escasísima repercusión en los medios estadounidenses del logro histórico de acceder a cuartos de final en el mundial de Corea Japón 2002, hasta la pasión actual por el “soccer” se ha recorrido un largo camino. Por supuesto que también se han hecho y se hacen muchos negocios en el medio. Y sería tonto ocultar que el impulso del deporte está ligado a diversos intereses empresariales. Pero también hay una tensión popular innegable. Y allí lo latino probablemente juegue un rol de primera línea. El fútbol parece ir constituyéndose como una realidad indiscutible en los Estados Unidos.



Fuente: http://notas.org.ar

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